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Réquiem por un Caballero Oscuro
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Se acerca el final de este año 2009, y, aunque no tenga nada que ver, ha coincido con otro final, el final de Batman.
Sí, algunos diréis ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Me he perdido algo? ¿Me acabas de fastidiar el final de R.I.P.? Pues no, estoy hablando de la saga de dos números ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?, recientemente publicada por Planeta en un tomo de lujo de tapa dura.
Ante todo os aviso de que esta es mi visión subjetiva de la obra, no os pretendo analizar lo que han hecho Gaiman y Kubert desde un punto de profesional, sino desde uno personal, como gran admirador/fan de Batman que es uno.
La obra que nos ocupa está llamada a quedar entre las grandes obras que rodean al alter ego de Bruce Wayne, y es que Gaiman y Kubert nos han hecho llegar la última historia de Batman. Es esta y no otra la que representa el final del Caballero Oscuro, después de esto, no hay más.
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Para ello, Gaiman nos sitúa en el funeral del Cruzado Enmascarado al cual asisten todas las personas de su entorno, villanos o no.
El ver como todas las personas importantes en el mundo del Caballero Oscuro se reúnen ante su cadáver y cuentan historias de él es fantástico. Cada uno cuenta una historia, así como una muerte, diferentes. La muerte que esa persona vé o quiere ver de su allegado que es Batman (porque quieran o no, cada una de esas personas tiene a Batman muy presente en su vida).
Así, vamos viendo a diferentes personas contar su historia. Entre ellas, Catwoman, Alfred o Batwoman (la de los años 50); otras breves (estas son las que más abundan), donde vemos y leemos las historias del Sombrerero Loco, Clayface, Robin, Harvey Bullock y como no, la del mismísimo Joker; más otras que cuentan, pero no llegamos a escuchar, como pueden ser Azrael, Hiedra Venenosa o James Gordon.
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En estos dos números, vemos pasar a casi todo el universo de Batman, de una forma o otra, y no sólo vamos simplemente viendo los diferentes personajes del Hombre Murciélago, sino que los vemos en distintas épocas, a través de un colador llamado Andy Kubert, que consigue imitar con gran talento los estilos de los diferentes autores que dejaron marca en el Señor de la Noche.
Es de esta manera y no otra como podemos apreciar el dibujo de Bob Kane: el creador de Batman, de no ser por él no estaríais leyendo este texto en estos momentos, Jim Aparo: uno de los más, si no el que más, autor destacado en la franquicia pre-crisis, Frank Miller: el autor que redefinió a Batman, dándole un tono oscuro que los demás autores seguirían, David Mazzuchelli: a quién no le quedo en la mente el Batman de Mazzuchelli de esa genial historia llamada Año Uno o Jim Lee: aquel al que muchos consideran que dibuja la versión definitiva de Batman, por poner unos pocos ejemplos.
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Es genial estar en el funeral de Batman e ir viendo los distintos Batmans de las distintas épocas. Y no sólo Batman, también sus villanos, cómo el Joker de Jerry Robinson (ese coche...), de Brian Bolland, dibujante de la mítica Broma Asesina, de Dave McKean (Arkham Asylum) o incluso el de Bruce Timm y Paul Dini de la serie de dibujos animados.
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Y las constantes referencias las obras que hicieron grande al cruzado enmascarado y lo marcaron de una manera u otra, como lo son el origen de Man-Bat, de ese gran número 400; la Broma Asesina, la historia que nos trajo el gran Alan Moore sobre nuestro héroe, y, sobretodo, de nuestro villano favorito; Año Uno, una de las mejores obras del Caballero Oscuro que repasa su primer año en su trabajo de justiciero de una manera espléndida; Arkham Asylum, donde Morrison nos mete en la mente de los más locos de Gotham a través del psiquiátrico más famoso del mundo del cómic; la Hija del Demonio, con la presentación de ese gran villano que es Ra's Al Ghul y la relación amor/odio existente entre Batman y Talia, o la Caída del Murciélago, el retiro forzado al que se vio sometido Bruce Wayne. Sin nunca olvidar ese atraco que lo inició todo, el de Joe Chill en el Callejón del Crimen (buenísima la página del antes y el después).
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Y con ese final perfecto para un relato perfecto, con Batman y uno de los personajes que todos conocemos y que más significa para nuestro multimillonario playboy, se firma una obra de culto, que no sé si tú, fan de Batman que me estás leyendo guardarás como una obra maestra, pero ten por seguro que yo sí lo haré.
Bravo por Gaiman y Kubert, dos maestros que con esta obra consiguieron emocionarme como escasos autores lo han logrado.
Después de todo esto es cuando solamente me queda decir aquello de... Buenas noches, Batman.
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Geoff
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